domingo, 26 de septiembre de 2010

El rey de Muniellos

Como todos los años por ésta época, nuestro amigo el oso se lleva alguna res de Villardecendias. En esta ocasión le tocó en suerte a la mejor oveja del rebaño de Miguel, como siempre preñada y también un cordero.

Esa noche se comió el cordero, la oveja la dejó muerta bajo éste umeiro (aliso) que marcó, con sus garras antes de irse, como diciendo: "esto es mío, que nadie lo toque".
Esos días también la mejor vaca de Manuel Ángel de Casa el Ferreiro.

Guardando las ovejas había dos mastines, con las vacas otro mastín y a 50 metros se encontraba una máquina retroaraña trabajando, y nada le importó.


A la semana siguiente deshizo un camino para sacar un avispero en el centro del pueblo. Posiblemente, no se trate del mismo oso, a juzgar por el poco espacio de tiempo transcurrido entre estos tres sucesos.
A toda esa gente que con la disculpa de que se asusta al oso, prohibe abrir y limpiar viejas sendas, rutas o caminos reales, les diría que el oso no se asusta por casi nada y también necesita veredas abiertas, para poder moverse y desplazarse libremente.

Si se acerca tanto a los pueblos para buscar comida es porque en el monte ya no la encuentra. Las arandaneras ya no dan fruto al estar cubiertas por la maleza, los corzos se mueren, debido a alguna enfermedad, aparecen muertos por doquier y de momento, no veo que nadie investigue mucho para ponerle remedio a esto. Y así se suceden un cúmulo de inconvenientes y trabas para nuestra fauna y flora. Llegará el día que ni jabalíes puedan andar por el bosque y se echen a los pueblos para alimentarse.
No se pueden emitir veredictos a la ligera desde una oficina, para eso hay que conocer los bosques y lo que de ello se deriva. Yo que nací y me crié en ese entorno rucuerdo los pastoreos de verano en Muniellos, en aquel entonces se podía cruzar el monte de norte a sur, de este a oeste, por infinidad de sendas que por el concurrían y habitaba en él más fauna de la que hoy tiene. Recuerdo ver alguna cabra montes, liebre, perdiz pardilla...estos ya hoy extinguidos en Muniellos. Se necesita hacer sembrados de cereal, para que esto no ocurra.


Camino de la braña en proceso de desbroce.

Con esto quiero decir y pedir a quien corresponda que sería muy necesario hacer cortafuegos, limpiar de maleza la arboleda, robledales, abrir viejas sendas, rutas y caminos reales, para que el fuego no haga extragos y procurar frenar explotaciones a cielo abierto, tan agresivas para el medio ambiente, como las de Victorino Alonso, que esas si que diezman nuestro espacio natural y asustan a los osos y a todo quien se ponga por delante, a cambio de nada.

Vistas de la explotación a cielo abierto de Tormaleo.

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