Hasta mediados de la década de los setenta, en algunos pueblos de Ibias se corría el Entroiro, la tarde-noche de carnaval.
Recuerdo como se hacía en el Villar.
Cuando majábamos, reservábamos una maniza o dos de paja de centeno, para elaborar el colmelo.
Éste artilugio se componia de los siguientes materiales:
Una vara de avellano de dos o tres metros de largo o según el gusto de cada uno, a la cual se le iba colocando paja alrrededor. Para sujetarla se le iban atando brincallos hasta llegar a la punta de la vara.
Cada uno tratábamos de llevar el más grande y cuando oscurecía le prendíamos fuego en forma de antorcha y nos dirjíamos camino de Omente hacía el pico d'Agalgueiroa. Una vez allí, amontonábamos lo que quedaba de los colmelos haciendo un hoguera, que no abandonábamos hasta que ésta se consumía.
Me contaba mi padre que también contrataban un gaitero para ese día y al llegar a la Rigueira, los mozos y mozas hacían el baile.
Ésta tradición se fue perdiendo por falta de juventud en el pueblo.
Esto es todo lo que os puedo contar sobre correr el Entroiro, quizás el Trasgo de Cadavín nos pueda contar algo más.