Esos días también la mejor vaca de Manuel Ángel de Casa el Ferreiro.
A la semana siguiente deshizo un camino para sacar un avispero en el centro del pueblo. Posiblemente, no se trate del mismo oso, a juzgar por el poco espacio de tiempo transcurrido entre estos tres sucesos.
A toda esa gente que con la disculpa de que se asusta al oso, prohibe abrir y limpiar viejas sendas, rutas o caminos reales, les diría que el oso no se asusta por casi nada y también necesita veredas abiertas, para poder moverse y desplazarse libremente.
No se pueden emitir veredictos a la ligera desde una oficina, para eso hay que conocer los bosques y lo que de ello se deriva. Yo que nací y me crié en ese entorno rucuerdo los pastoreos de verano en Muniellos, en aquel entonces se podía cruzar el monte de norte a sur, de este a oeste, por infinidad de sendas que por el concurrían y habitaba en él más fauna de la que hoy tiene. Recuerdo ver alguna cabra montes, liebre, perdiz pardilla...estos ya hoy extinguidos en Muniellos. Se necesita hacer sembrados de cereal, para que esto no ocurra.
Con esto quiero decir y pedir a quien corresponda que sería muy necesario hacer cortafuegos, limpiar de maleza la arboleda, robledales, abrir viejas sendas, rutas y caminos reales, para que el fuego no haga extragos y procurar frenar explotaciones a cielo abierto, tan agresivas para el medio ambiente, como las de Victorino Alonso, que esas si que diezman nuestro espacio natural y asustan a los osos y a todo quien se ponga por delante, a cambio de nada.