Echaremos de menos sus paseos hacia el regueiro y sus largas conversaciones, ya que nunca tenía prisa. Cuando se muere alguien siempre se dice "era una buena persona" aunque hubiera sido lo contrario, pero en este caso si que podemos decir que Benilde nunca hizo daño a nadie y si alguna vez lo hizo fue inconscientemente y sin malicia.
Se fue uno de los pocos vecinos que aún quedan en el Villar.
¡Buen viaje!