Cortín, cercado de piedra, colmenar, pocilga, diferentes nombres para definir al lugar donde se guardan las colmenas, para protegerlas de los ataques del oso, pero en esta zona utilizamos la de cortín.
Si damos una vuelta por los alrrededores del Villar podemos encontar diecisiete cortines, la mayoría derruidos como este de Casa de Alejos.
Y otros en perfecto estado de uso, como este de Casa Suárez.
A juzgar por la cantidad de estas construcciones, en alguna época pasada debía de haber una importante producción de miel y sus derivados, como la cera que se usaba para la fabricación de velas. Todavía recuerdo cuando venían de Fornela los que llamábamos "cereros" a comprar cera y cerdas (pelos de los cerdos) para hacer cuerdas, cepillos...